Jumilla
Denominación de Jumilla
Los vinos Jumilla son de una denominación de origen creada en España en el 1961, cuyo reglamento se aprobó en el 1995 y modificado después en el 2001. Los vinos de Jumilla cuentan con unos niveles de producción de vinos que puede oscilar entre los cincuenta y setenta millones de kilos por año y con unos volúmenes de elaboración de vinos con una recolección de unos cuarenta millones de litros en cada campaña. La Denominación de Origen Jumilla, está situada en el Sureste español, siendo una zona caracterizada por amplios valles y planicies, marcados por montañas, zona de transición entre el Litoral levantino del Mediterráneo y la meseta castellano-manchega, amparando la producción dos amplias zonas: el municipio de Jumilla, en la provincia de Murcia, en el que se encuentra la sede del Consejo Regulador y los municipios de Montealegre del Castillo, Fuenteálamo, Ontur, Hellín, Albatana y Tobarra en la provincia de Albacete. Actualmente están registradas más de 30.000 hectáreas de viñedo.
Variedades:
Blancas: airén, macabeo, malvasía, chardonnay, sauvignon blanc, moscatel de gran menudo, pedro ximénez y verdejo
Tintas: monastrell (principal), garnacha, garnacha tintorera, cencibel (tempranillo), cabernet sauvignon, merlot, petit verdot y syrah.
Suelos:
Predominan los suelos pardos, pardo/calizos. En general, son pobres en materia orgánica, con gran capacidad de retención hídrica y permeabilidad media.
Clima:
De tipo continental y con influencias mediterráneas. Se caracteriza por su aridez y baja pluviometría (270 mm.) que se concentra fundamentalmente en primera y otoño. Los inviernos son fríos y los veranos secos y bastantes cálidos.
Características generales de los vinos:
Blancos: En general, los blancos de Jumilla presentan un color amarillo pajizo, poseen un carácter frutal moderado, y cierto cuerpo en boca; son además equilibrados y sabrosos. En algunos casos los bodegueros recurren a la moscatel para dar mayor expresión y fuerza a sus vinos.
Rosados: Suelen presentar un color rosáceo-salmón; en la nariz son bastante frutosos y de buena intensidad aromática; en boca resultan sabrosos, algunos con más de cuerpo y ligeramente cálidos.
Tintos: Es el vino por excelencia de la zona apoyado en una variedad, la monastrell, que, sujeta a las nuevas elaboraciones, da vinos de mucho color, intensos, con característicos aromas a frutos negros maduros y, en ocasiones, a fruta pasificada; en la boca los mejores son muy potentes, con excelente estructura tánica, sabrosos y carnosos. Los crianzas combinan este carácter frutal con los aportes de la madera, y en el caso de vinos más viejos, aunque todavía pueden aparecer notas oxidativas, cada vez se controla más la tendencia evolutiva de la variedad.
Foto: Viñedos característicos de Jumilla.