El eterno debate: Vino Vs Cerveza. Antes de comenzar a debatir entre las virtudes y los defectos de cada bebida tenemos que aclarar que todo depende de la cantidad en la que se consuman estas bebidas. Es obvio que el exceso de estas es completamente nocivo para la salud, por eso vamos a describir los beneficios con un consumo moderado de cada una de ellas a través de las típicas preguntas que se nos plantean a la hora de elegir.
¿La cerveza engorda?
Hay que tener claro que el alcohol es una fuente importante de calorías y esta puede ser la razón por la que tenga tan mala fama la cerveza.
Un aspecto a tener en cuenta en la toma de cerveza y es que el proceso de asimilación del alcohol tiene lugar en el hígado, quien al procesarlo libera una sustancia conocida como acetato que el organismo quema para obtener energía, de este modo el cuerpo no consumirá reservas de grasas de nuestro propio cuerpo para la obtención de energía, con la consecuente acumulación de grasas y haciendo que engordemos.
El vino tinto supera a la cerveza en cuanto a su contenido de potasio, y levemente respecto al magnesio. Además ha demostrado tener grandes beneficios a nivel cardiovascular y potentes antioxidantes como los polifenoles.
¿Cuántas calorías tiene el vino?
Esto depende bien en parte del contenido en azúcar que tenga el vino:
Si nos centramos en vinos de mesa y espumosos el nivel de calorías para una porción de vino es relativamente constante en las diferentes marcas y estilos. La mayoría de vinos blancos y tintos comunes como el merlot, el cabernet sauvignon, el zinfandel, el chardonnay y el riesling poseen entre 110 y 120 calorías. El Champagne seco y otros vinos espumantes similares tienden a poseer unas 116 calorías por porción.
Ahora bien, si nos vamos a los vinos de postre, que son los que más azúcar contienen, las calorías aumentan considerablemente. Por ejemplo, el vino espumante dulce posee un promedio de 138 calorías y los vinos dulces de cosecha tardía llegan a un promedio de 178 calorías. El oporto posee un promedio de 154 calorías, mientras que el jerez posee unas 146 calorías.
Sin embargo, no todo va a ser contar calorías. Vamos a contar un poco los estudios que se han hecho sobre el vino.
Hay un componente en la uva que también podemos encontrar en las ostras, los cacahuetes y las nueces, éste mejora la circulación sanguínea y mejora el metabolismo del colesterol; por lo tanto, podría ayudar a prevenir los problemas cardíacos.
Como dato curioso en 1992 se publicó un importante estudio científico sobre los franceses. En el estudio se hicieron notar los siguientes hechos: los franceses consumen aproximadamente un tercio más de grasa, incluidas las saturadas, fuman más que los estadounidenses y se ejercitan menos. Sin embargo, tienen uno de los porcentajes más bajos de ataques cardíacos en el mundo. La conclusión del estudio muestra que esta baja incidencia se debe a que los franceses toman una cantidad moderada de vin rouge.
Además si tomamos una copa al día podremos reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares de un 30 a un 50%.
Se ha mostrado que el vino tinto posee las mejores propiedades benéficas para la salud. El vino blanco es bueno para relajar los músculos, permite la dilatación de los bronquios y las arterias, lo que mejora la función respiratoria.
¿Con cuál te quedas?
Para decidiros os dejamos con una curiosa infografía.