Hoy en nuestra sección de Recetas con vino, os proponemos una receta muy típica de Semana Santa, las torrijas de vino dulce. La receta de torrijas es todo un clásico , sobre todo las elaboradas con miel o con leche; pero como decía mi abuela, no hay nada como unas buenas torrijas de vino para que nos quiten lo bailao.
Para que nos salgan unas torrijas de vino bien sabrosas, es recomendable utilizar un vino con un sabor más dulce, como los elaborados con uva Pedro Ximénez. Por ejemplo, un buen chorreón de vino Málaga Virgen daría a nuestras torrijas ese sabor dulce y sabroso que buscamos en nuestro postre. Pero no os preocupéis, si no tenéis vino dulce en vuestras despensas, también podéis utilizar un tinto de la casa para unas torrijas de vino más tradicionales. Una pequeña recomendación, si utilizáis un vino normal, tendréis que ajustar la cantidad de azúcar para que no resulten unas torrijas demasiado sosas ni demasiado dulces.
Y ahora sin más dilación os detallamos la receta. ¡Manos a la obra y a cocinar!
- Nivel de dificultad: Fácil.
- Tiempo de elaboración: 1 hora.
- 12 torrijas.
Ingredientes (12 torrijas de vino)
– 1 Barra de pan.
– 150 ml de vino tinto dulce.
– 1 huevo mediano.
– Aceite de girasol.
– 25 gr de azúcar.
– 1 ramita de canela.
– Agua.
– 1 cáscara de limón.
Elaboración
Calentamos en un cazo el vino junto al agua, el azúcar, la cáscara de limón y la ramita de canela. La cantidad de agua podrá ajustarse acorde a vuestro gusto. Si no queréis un sabor a vino demasiado intenso, tendréis que mezclar el vino con la misma cantidad de agua (150 ml). Mientras que si queréis unas torrijas con un sabor más fuerte, solo tendréis que reducir la cantidad de agua (por ejemplo a 100 ml). Dejamos que hierva durante dos o tres minutos para que el alcohol se evapore y tapamos la mezcla hasta que esté casi fría.
Cogemos una sartén honda y calentamos aceite de girasol en abundancia. Al mismo tiempo, podemos ir preparando el pan, cortamos la barra en rebanadas de dos o tres centímetros de grosor y las remojamos en el vino durante unos segundos. Si usáis pan duro, tendréis que dejarlas más tiempo a remojo, para que la miga y la corteza se reblandezcan lo suficiente. Una vez remojadas las rebanadas, las escurrimos un poco y las rebozados en el huevo batido. Cuando el aceite esté lo suficientemente caliente, las freímos por ambos lados hasta que estén doradas y las colocamos sobre un papel absorbente.
Una vez repetido el proceso para todas las rebanadas, emplatamos las torrijas y las aliñamos. Hay quién prefiere unas torrijas de vino rebozadas en azúcar o con un poquito de canela espolvoreada por encima; otros prefieren prepararlas con un ligero almíbar de miel y otros prefieren simplemente torrijas. Una vez elegido el aliño de nuestras torrijas de vino, las tapamos con papel de plata y de este modo se conservarán tibias hasta el momento de servir.
Ya tenemos nuestras torrijas de vino. Como habréis visto, es una receta muy sencilla, rápida y rica para endulzar vuestros encuentros de Semana Santa. Esperamos que os haya gustado y os animéis a prepararlas. ¡Nos vemos en la siguiente receta!