La palabra Cata se define como la «prueba de un alimento o una bebida para examinar su sabor o su calidad». Si la cata es de vino será a este al que habrá que poner a examen sobre su sabor y su calidad, para ello se tendrán en cuenta diferentes aspectos. Pero como buenos wine lovers no dudamos sobre vuestro conocimiento sobre estas. Las catas son una buena excusa para salir con unos amigos, con tu pareja o incluso para asistir de forma individual, hay muchos locales que organizan catas donde la gente comparte su afición y se conoce a través de esta práctica tan saludable y divertida. A continuación vamos a enumerar los pasos básicos que debes de conocer para poner en práctica antes de ir a tu primera cata.
Aspectos a tener en cuenta antes de una cata
Si el vino es tu bebida favorita y quieres empezar a entender mucho más de este, las catas son la actividad idónea. Si vas a organizar una cata en casa debes tener en cuenta los siguientes aspectos para que esta sea todo un éxito:
- Lugar: si tu cata va a ser casera, prepara un lugar amplío y tranquilo, que no pueda despistarte de lo realmente importante, el vino. Prepara copas suficientes para los invitados.
- Tiempo: debes contar con el tiempo suficiente para degustar con tranquilidad cada uno de los vinos que hayas elegido. El tiempo irá en función de los ejemplares que tengas en mente catar.
- Vino: es aconsejable hacer una selección variada, sobre todo si estas empezando en el mundo de las catas, para notar las diferencias más claras. Además es aconsejable que si el número de vinos es amplio, no traguéis cada uno de los sorbos que toméis, porque si no llegar al final de la cata podrá ser misión imposible…
- Temperatura: la temperatura del servicio: un concepto esencial para degustar un vino de forma óptima, es aconsejable que conozcas las características de la temperatura y cómo influye antes de comenzar la cata.
Pasos para la cata de vinos
Aunque resulte muy repetitivo y tal vez lo hayas escuchado más de una vez, son tres los sentidos más importantes en una cata: gusto, olfato y vista, los cuales debes ejercitar si quieres disfrutar plenamente de esta experiencia. Comenzaremos hablando de estos sentidos y detallaremos las pautas a seguir en cada uno de estos para que tus sensaciones sean plenas.
El primer sentido: La Vista
Lógicamente, el primer contacto con cualquier vino es visual, cuando el sumiller nos lo muestra. En ese momento vemos la botella, su forma, su color y seguramente nos fijemos en su etiqueta para conocer el nombre del vino. Una vez estos detalles ya han sido percibidos por nuestra mente comienza la verdadera experiencia sensorial.
- Se descorcha el vino, o bien nosotros mismos si la cata es casera o si estamos en cualquier local especializado lo hará el encargado. En este mismo momento se sirve el vino en las copas.
- Cogemos la copa, por la base, para evitar que el vino se caliente.
- Lo inclinamos 45º y comenzamos a observar el color del vino, este revela datos sobre la edad del mismo. Supongamos que es un vino tinto cuanto más color cereza y brillante sea más joven será el bien, por el contrario si presenta tonos granates o anaranjados estaremos ante un vino crianza o más envejecido.
- Una vez hemos observado el color, a través de la vista también podremos medir la densidad del mismo. Para ello debemos mover de forma ligera la copa para que el vino se extienda entre las paredes de la misma. En ese momento veremos como el vino cae, a menor velocidad de caída mayor densidad lo que quiere decir que mayor graduación alcohólica, si por el contrario las lágrimas de vino se deslizan rápidamente, tendrá menor densidad y por lo tanto menor graduación alcohólica.
Segundo sentido a prueba: El Olfato
Una vez que el sentido de la vista lo hemos exprimido al máximo entra en juego el olfato. Para poner a prueba este sentido tendremos que agudizarlo al máximo. Cualquier buen vino desprende un mejor olor que desemboca en tres tipos de aromas: primarios, secundarios y terciarios. Para obtener cada uno de estos aromas el procedimiento debe ser el siguiente:
- Dejamos la copa quieta, metemos la nariz y olemos, en este momento es cuando descubriremos los aromas primarios, estos aromas son aquellos innatos de la propia uva, los que ya habitaban en él: frutales, florales…
- A continuación, movemos la copa para que el vino se mezcle con el oxígeno del exterior, volvemos a meter la nariz y olemos, en este mismo momento aparecen los aromas secundarios. Estos aromas, a diferencia de los anteriores no vivían en el vino si no que aparecen cuando se produce la fermentación alcohólica. Estos aromas suelen estar más presentes en vinos jóvenes, por ello si estas catando un crianza no te preocupes si no eres capaz de distinguir un posible aroma a láctico o a ácidos grasos, es totalmente normal.
- Por último, la agitación deberá aumentar para dar paso a los aromas terciarios o bouquet. Estos aromas suelen desarrollarse en la etapa de envejecimiento, por ello, a diferencia del anterior si el vino es un crianza serán estos aromas los que destaquen principalmente. Los aromas que desprenden podrían ser de carácter: animal, vegetal, torrefacto como el café o frutos secos como nuez o pistacho.
A la última va la vencida: El Gusto
Si tu cata va viento en popa y los pasos anteriores los has podido disfrutar y desarrollar con normalidad, llega el momento más esperado, así es, saborear el vino. Para ello no solo hay que centrarnos en calificarlo de «está bueno o está malo» hay mucho más allá. Como ya sabréis son cuatro los sabores básicos: dulce, salado, ácido y amargo y debemos despertar nuestras papilas gustativas para que se estén muy al loro.
- Comenzamos con un pequeño sorbo del vino y lo mantenemos en nuestra boca pasándolo de un lado a otro con la lengua. Las primeras veces es muy complicado saber distinguir el sabor más destacado, no te preocupes si en tus primeros intentos no lo aprecias, todo es cuestión de práctica. Además existen vinos, denominados «redondos» por qué consiguen un equilibrio especial entre los cuatro sabores principales, estos dificultan la diferenciación.
- Continuamos con el vino en nuestra boca, o si quieres puedes tragarlo o escupirlo y volver a dar otro trago para en este caso perseguir su textura. Hay dos aspectos muy diferenciados, sobre todo para principiantes, de un vino se puede percibir suavidad como sinónimo de positividad o por el contrario puede ser un vino rugoso o estridente lo que nos transmitirá un aspecto muy negativo. Estas dos sensaciones son fáciles de identificar y te contarán algo más sobre la historia del vino.
- Llega el momento de tragar el vino y comprobar el aspecto retro nasal muy conocido por los wine lovers. Una vez hemos tragado el vino debemos expulsar el aire por la nariz, en este momento debemos estar muy alerta y prestando especial atención para comprobar si el aroma o las sensaciones se mantienen durante un tiempo, si es así estaremos ante un vino de larga retronasal si por el contrario desaparecen rápidamente este vino será de corta retronasal. De este aspecto se podría destacar su intensidad, los hay vinos de alta, media o baja intensidad, estos últimos suelen ser más dinámicos y agradables, pero como todo para gustos colores. Por último, debéis tener en cuenta que el vino en la boca se calienta, por ello cuanto más tiempo permanezca mayor facilidad para apreciar sus aromas, os lo aconsejamos sobre todo si sois novatos en el arte de las catas.
- Por último nos quedará comprobar el final del vino, que no dejan de ser las características del vino que quedan empapadas en nuestra boca. El final del vino se mide, entre otros aspectos, por su persistencia, en este momento encontramos vinos cortos, medianos o largos y esta diferencia se mide en los segundos que dura. Un vino corto podría permanecer dos segundos mientras que un largo estaría en torno a los nueve segundos. De nuevo aquí también es importante el tiempo que el vino haya permanecido en tu boca.
Esta guía básica te ayudará a comenzar a practicar las catas con tus amigos y si además quieres aprender practicando con profesionales, en Vinos Cutanda nos gusta hacer actividades diferentes y cada jueves organizamos catas para aquellos que quieran terminar la semana de una forma diferente y disfrutando de uno de los mejores productos, el vino. Así que si quieres y puedes contacta con nosotros y te informamos sin compromiso.