Todos en algún momento hemos abierto una botella o nos han servido una copa de vino y nos hemos encontrado como restos más espesos en el vino, en la parte inferior. ¿Pero alguna vez nos hemos preguntado qué son esas partículas exactamente? Continúa leyendo este artículo, ¡te invitamos a descubrirlo!
¿Qué es el sedimento de vino?
Para que andar con rodeos, el sedimento del vino es lo que conocemos como la pulpa de las uvas, es decir la piel de estas que permanece tras su elaboración. Además, existe otra posibilidad de origen de estos sedimentos y es que también pueden pertenecer a las sustancias que se le añaden al vino durante su proceso de producción.
Básicamente el sedimento proviene de pequeños depósitos que nos encontramos en el vino, normalmente en el fondo del recipiente donde se encuentra la sustancia que vamos a tomar. No debes entrar en estado de pánico si los encuentras, a continuación vamos a aprender más acerca de este fenómeno o sustancia.
¿Qué pasa si encontramos sedimentos en una botella?
Existe diversidad de opiniones en cuanto a los sedimentos que encontramos en los vinos. Los hay que piensan de forma positivo y otros que lo tachan como algo negativo. Los más apasionados al vino piensan que si el vino contiene partículas es una consecuencia negativa de su mala producción, hoy vamos a descubrir que en realidad es todo lo contrario, ¿no lo crees? ¡sigue, sigue leyendo!
Realmente su aparición no es algo muy común, de vez en cuando los podemos apreciar. No suele ser algo agradable cuando lo encontramos en nuestro vino pero es cierto que es algo muy natural que no debe preocuparnos en absoluto. Debemos saber que cuando hayamos sedimento en nuestra copa, estamos a punto de disfrutar de un vino de calidad. Muchas veces es un indicador de que este vino es viejo, es decir, los sedimentos pueden surgir mientras el vino está fermentando o madurando.
Otro concepto popular que se conoce sobre estos es el de que su sabor mejora si estos aparecen en el vino. Por ello, encontrarlos nos puede dar bastante información sobre el vino que tenemos y sobre todo sus condiciones de producción.
Los sedimentos no son estables, sino que sufren cambios con el paso del tiempo. Mientras el vino fermenta pueden aparecer sedimentos, o lo que muchos de nosotros como denominamos “posos”. Estos son partículas procedentes de la uva con la que se ha elaborado y quedan en el fondo. Su permanencia en el interior durante tiempo hace que el vino consiga tener mayor carácter, a la vez que favorece la aparición de mayores sabores.
Sedimentos del vino embotellado
Hay algunas veces que estos se desarrollan cuando los vinos llevan mucho tiempo embotellados. Sobre todo se dan en los vinos tintos añejos. Hablamos de vinos añejos cuando nos referimos a los que no se han consumido, aproximadamente, en ocho años desde su proceso de fabricación. Esto, por el contrario, no pasará con vinos que cuentan con un embotellado reciente.
Consejo: cuando encontréis estos posos en botellas que tengáis en casa, las cuales no han sido consumidas desde hace varios años, lo primero que tenéis que hacer antes de consumirlas es agitarlas. De este modo evitareis que los posos modifiquen el sabor original del vino.
En ocasiones puede ocurrir, si no has agitado el vino, que al tomarlo nos produzca una sensación amarga en su sabor. No pasa nada porque nunca cambiará radicalmente el sabor, aunque sí pueden hacerlo algunos matices.
Los vinos más propensos a adquirir sedimentos son los más espumosos y champagnes, puesto que su fermentación se da cuando este ya ha sido embotellado. Por lo tanto siempre pasaran más tiempo en el envase que cualquiera de los vinos más comunes.
Por lo tanto si quieres evitar que el vino sufra cambios, agítalo bien antes de tomarlo.
¿Son cada vez más frecuentes?
Cada vez son más los bodegueros que quieren obtener vinos, lo más naturales posibles. Para conseguirlo lo que suelen hacer es no interferir en el proceso de elaboración, haciendo hincapié en el proceso de clarificación y filtración. Estos dos procesos tratan de limpiar, con totalidad, el vino pasando desde tanques donde fermenta hasta las barricas donde el vino madura. Es aquí donde se suele producir el sedimento, por ello el vino se extrae de las barricas con un sifón, repitiendo no solo una vez, sino varias veces. De este modo conseguimos quitar al máximo las partículas de uva para evitar que en un futuro podamos encontrar alguna.
Si el sedimento se crea al inicio de la elaboración y no es sometido a ningún filtro, el vino que se consigue adquiere mayor complejidad y un carácter necesario. El no intervenir en ninguno de estos procesos hace que aparezcan y aumenten sus cualidades futuras de este. El fin de esto, y por lo tanto del sedimento, es obtener mayor calidad, que es lo que los más aficionados buscan en el mercado.
Desde Vinos y Licores Cutanda esperamos que esta información os sirva en un futuro cuando descorchéis la siguiente botella de vino y encontréis alguno de estos “posos”. Además, hacemos hincapié en la idea de que no es perjudicial encontrar posos o sedimentos en el vino, no dejéis de tomarlo. ¡Buen vino!