Al igual que en muchos campos, en el mundo del vino son varios los concursos que se realizan a lo largo del año y en muchas ocasiones, los vinos españoles suelen ser los galardonados. Esto no es por casualidad, sino que es debido al trabajo realizado que da como resultado productos de gran calidad reconocida internacionalmente.
A continuación, te contaremos los secretos de por qué tienen tanto éxito algunos de nuestros vinos. Concretamente nos centraremos en los vinos Ribera del Duero, los vinos Rioja y los vinos de La Mancha.
Vinos Ribera del Duero
La Ribera del Duero presenta las condiciones necesarias para producir un vino único. El cauce del Duero alberga alrededor de 110 km de viñedos y cepas que crecen en su ribera, convirtiéndolo en uno de los grandes ríos vinícolas del mundo.
Sin duda, un factor clave para su éxito es la gran variación térmica existente entre el día y la noche. Esta diferencia le da un punto de acidez característico a la uva provocado por un proceso de maduración más lento que hace que se diferencie de los demás.
El vino tinto, también conocido como tempranillo, es el producto estrella de la zona. Presenta un color cereza propio y un aroma característico a frutos muy maduros que hace de él un vino potente, con cuerpo y con un perfecto equilibrio entre alcohol y acidez. Esta es la seña de identidad de los vinos de la Ribera del Duero.
Vinos Rioja
Debido a su situación orográfica y geográfica, los vinos de la denominación de origen Rioja tienen características diversas en función de la zona en la que son producidos, Rioja Alta, Rioja Alavesa o Rioja Baja.
Cada una de ellas tiene un clima diferente, mezclando influencias mediterráneas y atlánticas con climas secos y cálidos que influyen directamente en la producción de la uva. Otro factor muy importante es el terreno donde se encuentran los viñedos, pasando de pequeñas parcelas a suelos rojizos con rocas profundas y a zonas fluviales con cantos rodados.
Estas condiciones permiten a los vinos de la Rioja poder tener una gran aptitud para el envejecimiento propio de los grandes vinos.
Las técnicas tradicionales de crianza usadas aportan valor al éxito de estos vinos. Una vez embotellado, el vino sigue evolucionando hasta convertirse en una gran reliquia enológica adquiriendo características aromáticas y de sabor únicas.
Vinos de La Mancha
La Mancha tiene una orografía prácticamente llana. El suelo, donde predominan las calizas, favorece la producción de vinos tintos de gran cuerpo, alcohólicos y buenos para crianza.
La sequedad del clima, ausente en otros países europeos, es propia de los vinos de esta denominación sometidos a altas insolaciones. Además, esta característica favorece la maduración de la uva, originando vinos de color fuerte y con aromas intensos.
Bodegas
La producción de una uva de calidad es importante para obtener un bueno vino, pero sin una bodega donde poder tratar el proceso no tendría sentido. En ellas, se controla la humedad y el tiempo de maduración, se elige qué tipo de madera será el adecuado en las barricas y finalmente se procede al etiquetado y al embotellamiento.
Además, las bodegas sirven para dar prestigio y añadir valor al vino. A través del famoso enoturismo se puede conocer la historia de la propia bodega, saber cómo son los procesos de producción del vino y finalmente poder degustar distintas clases de ellos. Cada vez son más las personas que se animan a realizar este tipo de actividades.
Algunas de las más reconocidas son las bodegas Protos y Bodegas Alto pertenecientes a la Ribera del Duero.
Recomendaciones
Ahora, te dejamos unas recomendaciones sobre algunos de los vinos que más puntuación en la Guía Peñín y Parker han obtenido:
– Alion 2012 (Ribera del Duero)
– Bosque de Matasnos Edición Limitada 2011 (Ribera del Duero)
– Amancio 2011 (La Rioja)
– Finca el Bosque 2012 (La Rioja)
– El Vínculo Reserva 2005 ( La Mancha)
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